No Hay Mejor Sabio que el Anciano

"La sabiduría puede ser definida como un conjunto de conocimientos que se poseen en la pragmática de la vida a niveles de experto"  (Baltes y cols., 1995 en Fernández-Ballesteros).

Para que una persona sea considerada como sabia, es necesario que cuente con los siguientes componentes: 

En primer lugar están las habilidades interpersonales, es decir que la persona sabia deber ser sensible y sociable, de tal manera que pueda transmitir la información que desea de manera que sea comprensible, muchas veces los adultos mayores suelen transmitir sus conocimientos a través de metáforas y es así de generación en generación. Ésto definitivamente implica que debe tener habilidades de juicio y comunicación puesto que es fuente de consejo y comprensión, como ya se mencionó anteriormente. 

Otra componente es que debe ser socialmente no invasivo, puesto que a pesar de ser sociable, debe a su vez, ser discreto y no enjuiciador, por lo tanto debe ser excepcionalmente comprensivo, es decir que partir de la experiencia logra contemplar las cosas desde una perspectiva mucho más amplia. Por último debemos tomar en cuenta la competencia general de la persona, es decir que sea una persona inteligente y culta, con muchos conocimientos, los cuales podrán ser transmitidos a las personas que considere indispensables de adquirirlos. 

Cabe recalcar que gracias a las evidencias empíricas, se llega a la conclusión de que la sabiduría no necesariamente se encuentra ligada con la vejez, puesto que en algunos casos también se da en la juventud, y es que esto dependerá del tipo de solución que brinde a diversos problemas que se le puedan plantear a lo largo de la vida, vale decir que la experiencia personal se encuentra relacionada con la sabiduría. 

Referencia: 

Fernández-Ballesteros, R., Moya, R., Iñiguez, J., Zamarrón, M. (1999). La Sabiduría. En R. Fernández-Ballesteros et. al. (Eds.). ¿Qués es la Psicología de la Vejez? (pp. 207-219). Madrid: Biblioteca Nueva.