"Es cierto que aproximadamente la mitad de las personas mayores de sesenta y cinco años, informan tener problemas en el recuerdo o que, con frecuencia, se olvidan del número de teléfono que les acaban de dar o del nombre de una persona cuando se la presentan" (Fernández-Ballesteros et. al., 1999).
Suele pasar que a lo largo de este proceso, las personas adultas mayores van enfrentando diversos cambios, tanto cognitivos, afectivos, físicos y sociales; respecto a los problemas de memoria, siempre hemos podido escuchar a familiares decir las siguientes frases "dónde he dejado las llaves de la casa", "dónde está mi monedero", "alguien ha visto mis documentos".
Esto se debe a que alguna de las fases del procesamiento de información está siendo afectada (percepción, codificación o almacenamiento) y a su vez alguno de los tipos de memoria: memoria sensorial, memoria a corto plazo o la memoria a largo plazo.
Para ello pondré de ejemplo los diversos talleres de memoria que fueron utilizados en los señores del Club del Adulto Mayor de Lurín, en primera instancia se les proporcionó un cuestionario en el cual tenían un listado sobre quejas de memoria en los cuales debían puntuar, posteriormente se hizo un ejercicio en el cual se estimuló la memoria sensorial, puesto que los señores debían permanecer con los ojos vendados y descubrir a través de los sentidos del olfato y el gusto qué fruta era la que se les presentaba, habían algunas que no se reconocían, tales como el kiwi, debido a que ninguno antes la había consumido.
También se procedió a realizar un ejercicio sobre atención para lo cual los señores debían observar una hoja en la cual aparecían varios objetos como caras felices, corazones, triángulos y hexágonos, los cuales debían ser contabilizados y al final debían apuntar cuántos había en total de cada uno.
Durante otras sesiones también se siguió con la estimulación de la memoria, esta vez se utilizó como tema principal las técnicas de asociación, pues reuníamos a los adultos mayores en círculos y se les pedía que cada uno de ellos reconozca las características más resaltantes de sus compañeros. También se les pedía que apuntasen acontecimientos importantes de acuerdo a un conjunto de números, por ejemplo: el 9 del mes de agosto es el cumpleaños de mi hija mayor.
En la última sesión, la temática fue la de técnicas de agrupación, en las que los participantes tenían que observar una serie de palabras por algunos minutos y luego tenían que agruparlas en un cuadro tratando de hacerlo en el mismo orden, posteriormente se les presentó un conjunto de palabras las cuales tenían relación con los vegetales, profesiones, medios de transportes, frutas y carnes, en los cuales tenían el reto de seleccionar las palabras que se encontraban dentro de estas categorías.
Finalmente se puede concluir que el ejercitar la memoria es de suma importancia puesto que constantemente a lo largo del tiempo puede sufrir un déficit; por eso muchas veces se recomienda el realizar crucigramas, hacer un listado con las compras, tener una agenda en la cual se puedan apuntar los hechos importantes que sucedieron en el día y si es que alguno de ellos toma medicamentos también es importante apuntarlos. Siempre es bueno poder ejercitar nuestra memoria haciendo pequeñas acciones como es el de cantar, puesto que constantemente tratamos de recordar la letra de alguna canción.
El cuidar y ejercitar nuestra memoria ayudará a poder tener un envejecimiento más productivo, activo y eficaz.
Referencia:
Fernández-Ballesteros, R., Moya, R., Iñiguez, J., Zamarrón, M. (1999). El aprendizaje y la Memoria. En R. Fernández-Ballesteros et. al. (Eds.). ¿Qués es la Psicología de la Vejez? (pp. 37-85). Madrid: Biblioteca Nueva.